La Ciudad de Buenos Aires regulará el uso del lenguaje inclusivo en las escuelas para "facilitar el proceso de aprendizaje de los alumnos"
El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires emitió una circular a todas las escuelas porteñas para prohibir el uso del lenguaje inclusivo a todos los contenidos que dictan docentes en clase, al material que se le entrega a estudiantes y a documentos oficiales de los establecimientos educativos.
Esta nueva medida, a cumplirse en las escuelas de todos los niveles a partir de mañana, se inscribe entre las acciones que adoptó el Ministerio de Educación porteño, tras los resultados de unos exámenes en comprensión lectora “donde hubo un retroceso de al menos cuatro años”.
“Es una medida para facilitar la forma en que nuestros chicos y chicas aprenden y adquieren el lenguaje”, destaca la resolución y agrega que “la deformación en el uso del lenguaje tiene un impacto negativo en los aprendizajes, máxime considerando las consecuencias de la pandemia”.
El Ministerio destaca que se han desarrollando acciones “que garantizan la inclusión educativa” y que ya en Francia y en Uruguay “se desaconsejó el uso del lenguaje inclusivo”. l
Mediante su nueva resolución del Ministerio de Educación, la Ciudad regula así la utilización de la e, x, @, etc. por parte de los docentes en las escuelas. Además, brinda una guía de prácticas y recomendaciones para una comunicación inclusiva. El objetivo es ordenar el uso del lenguaje para facilitar el proceso de aprendizaje de los estudiantes, que se vió significativamente afectado como consecuencia de la pandemia por COVID-19.
La semana pasada, la Ciudad presentó los resultados de las evaluaciones FEPBA (Finalización de Estudios Primarios de la Ciudad de Buenos Aires) y TESBA (Tercer año de Estudios Secundarios de la Ciudad de Buenos Aires) que ponen en evidencia la realidad educativa de los alumnos. Lo más afectado fue la comprensión lectora en lo que se obtuvo un resultado promedio que demuestra un retroceso de casi 4 años.
La nueva norma se basa en la premisa de que la lengua española brinda diversas opciones para comunicarse de manera inclusiva sin necesidad de tergiversarla, ni de agregar mayor complejidad a la comprensión y fluidez lectora.
La medida aplica únicamente a los contenidos que dictan los docentes en clase, al material que se le entrega a los estudiantes y a documentos oficiales de los establecimientos educativos.